miércoles, 15 de abril de 2015

Se me hace bola de Julio Basulto

El motivo principal por el que quise leerme el libro “Se me hace bola” fue mi interés por profundizar en mis conocimientos sobre la alimentación infantil. Al explicarnos la nutrición de los niños en el Grado de Nutrición Humana y Dietética, nos dijeron que había un orden la introducción de los alimentos que era variable en función de cada país y que además se había de empezar con papillas, en pequeñas cantidades y darlos por separado para ver la tolerancia. En ese momento, pues te lo crees pero al finalizar, oí a hablar del llamado Baby-Lead Weaning que consiste en poner al alcance del niño los alimentos cortados a trocitos y que él mismo se los coma. Y fue entonces cuando busqué artículos relacionados con el tema y descubrí este gran libro, por lo que pensé que me iba a ser muy útil para tener una nueva perspectiva de la alimentación infantil.




Con este resumen, mi objetivo es que aprendáis a alimentar de forma a saludable a vuestro hijo pero de una manera distinta a lo que se considera habitual. Pienso que como todos los libros que ha escrito Julio, es genial que al final se encuentren todas las referencias bibliográficas y los anexos para aclarar algunos conceptos importantes. Y para mí, ha sido una lectura amena y enriquecedora ya que había algunos aspectos con los que me sentía identificada.  

El libro es un recorrido por la dieta que debe seguir el niño desde que nace hasta la adolescencia con un mensaje claro y clave: Dar ejemplo.

Siempre se ha asociado una dieta poco saludable (malsana) con un mayor riesgo de padecer determinadas enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, la diabetes y la obesidad. Genera un aumento de la presión arterial, del colesterol y de los niveles de glucosa. Seguir este tipo de dieta desde la niñez, supone un mayor número de complicaciones en la edad adulta, así que la mejor manera de prevenir las complicaciones es instaurar unos buenos hábitos desde bien pequeños.

En España, la prevalencia de obesidad infantil ha aumentado considerablemente debido al abuso en el consumo de bollería, dulces, refrescos y aperitivos debido a su alto contenido en azúcar y sal añadida. ¿Sabéis cuál es la mejor manera de reducir su ingesta de este tipo de alimentos? Pues lo primero de todos es:

·         PREDICAR CON EL EJEMPLO (aparece a lo largo de todo el libro y de esta manera conseguiréis que vuestros hijos coman mejor). Además de:

·         No disponer de alimentos insanos en casa ni tampoco ofrecérselos.

·         Evitar prohibir algún alimento ya que se genera un mayor deseo por consumirlo. Me quedo con la frase: Prohibir es despertar el deseo”.

·         Al organizar fiestas de cumpleaños, incluir frutos secos, frutas y bocadillos. Podéis hablar con el resto de los padres para que intenten hacer lo mismo con las de su hijo. Otro consejo más es que coincida la celebración de varios cumpleaños en un mismo día.

·         Sugerir a gente cercana a vuestro hijo que les ofrezcan de forma habitual galletas, chocolatinas, golosinas, caramelos o bollería.

·         Al ir a comprar con los niños, evitar pasar por los pasillos donde haya golosinas, aperitivos salados y bollería ni tampoco entrar con ellos en los establecimientos dedicados a la venta de estos productos.

·         Tener siempre a mano un poco de fruta fresca, frutos secos o fruta desecada para dárselo a vuestro hijo si les entra hambre.

·         Desde que el bebé nace (1 hora tras el parto), se recomienda la lactancia materna de manera exclusiva ya que supone beneficios tanto para él como para la madre. Hay que tener cuenta que no siempre es posible por enfermedades congénitas o niños prematuros o enfermedades de la propia madre, incluso por la prescripción de determinados fármacos para la madre. Algunos casos puede ser temporal pero hay otros que es permanente.

Consideraciones a tener en cuenta por la madre:

·         No tomar alimentos, bebidas o hierbas con un supuesto efecto en una mayor producción de leche ya que no existen. La única manera que existe es aumentar la frecuencia de las tomas y la duración de las mismas.

·         Evitar el consumo de pescados grandes como el pez espada, tiburón, atún rojo y conservas  de atún y lucio debido a sus cantidades elevadas de Mercurio (Más información en el anexo 3)

·         No tomar de forma habitual las cabezas de los crustáceos por su alto contenido en Cadmio (léase anexo 2).

·         Se recomienda que utilice sal yodada y tome algún suplemento bajo prescripción médica.

Alimentación desde los 6 meses hasta los 2 años

Pasados los 6 meses, se recomienda continuar con la leche materna hasta el primer o segundo año de vida o hasta que la madre y el niño deseen e ir introduciendo poco a poco los alimentos. En caso que no sea posible o no se quiera continuar con la leche materna, es preferible dar al niño leche de inicio o de continuación.

La introducción de los alimentos se inicia cuando su hijo (SE HAN DE DAR A LA VEZ):

·         Se sienta (con apoyo) y mantiene la cabeza erguida.

·         Coordina los ojos, las manos y la boca para ver el alimento, cogerlo e ponérselo en la boca.

·         Puede tragar alimentos sólidos.

Como padres, tenéis que ofrecer a vuestro hijo el alimento y que él mismo sea quién decida si quiere comer o no.

Otro mensaje es DEJAR QUE EL NIÑO COMA SEGÚN SUS GUSTOS Y SEÑALES DE HAMBRE Y SACIEDAD ya que ofrecerle más cantidad de la necesita se ha se ha relacionado con la aparición de aversiones y de obesidad.

Debéis introducir los alimentos de uno en uno e ir comprobando la tolerancia dejando varios días de separación entre los distintos alimentos que vamos dándole. Para que os resulte más fácil, en el libro encontraréis una clasificación de los alimentos según sean prioritarios, limitados (por su contenido en sal y azúcar) y a evitar debido al riesgo de ahogo y botulismo, contenido en mercurio, cadmio o nitratos o por su efecto estimulante.

A partir del año, seguimos las mismas pautas hasta el momento y podemos introducir una pizca de sal yodada, máximo 1 plato de espinacas/día (véase anexo 2), leche entera y lácteos.

Alimentación desde los 2 años hasta la adolescencia

Son las mismas recomendaciones que en adultos pero variando la cantidad de alimentos ingeridos. Por este motivo, se le sirve una ración más pequeña y si quiere que pida más.  Restringir el consumo de zumos (no equivale a una fruta entera. Más información en el anexo 5) , por su alto contenido en azúcar. No os olvidéis de dar ejemplo siempre como por ejemplo, tomándoos fruta de postre o tener ensalada en la mesa. La dieta ha de ser variada dentro de una alimentación saludable con legumbres, diversidad de verduras, cereales y mejor si son integrales, arroz, pasta, patata, etc. Otro consejo es hidratarse por la sensación de sed.

Y otra cosa importante: fomentar la práctica de actividad física!!!

¿Y en el colegio? Un estudio publicado en la revista Pediatrics demostró que todos los niños que realizan un mínimo de 3 comidas/semana con su familia tienen un mejor control de su peso, toman menos alimentos poco saludables y menos riesgo de padecer Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

Una vez explicado todo lo anterior, llegamos a mi parte favorita y que considero más interesante porque hace referencia a casos prácticos. Seguramente muchos os sentiréis identificados, como me ha pasado a mí. El inicio de la alimentación de los niños resulta complicado en cuanto a determinados alimentos como la verdura. No es suficiente con ponerle el plato delante y que se lo coma sino que tú también debes comerla. Lo más probable es que algunas verduras le gusten más que otras y lo mejor que puedes hacer como padre/madre es evitar la monotonía, buscar recetas, pedir consejos a tus propios padres, familiares, etc. Encontraréis algunas ideas de recetas en este libro. Lo que más me llamó la atención es que hubiera gente que le pusiera nombres absurdos a algunos alimentos por sus parecidos como decir que  la coliflor es un arbolito nevado. ¿A quién se le ocurre semejante estupidez? Otra cosa que me sorprendió es que presentarle a tu hijo la comida en forma de animales o caras o piensas en hacerlo es porque no das de comer a tus hijos. Yo la verdad, a mi me parece muy bonito pero no tengo experiencia porque aun soy joven y me quedan algunos años para tener hijos y lo cierto es que Julio tiene razón. Así que como profesional pienso que la presentación es importante pero en cuanto a variabilidad de cocciones y alimentos (por ejemplo, albóndigas de pescado, salteado o puré de verduras, hamburguesas de legumbres, etc).

¿Y en caso que padezca obesidad? Seguimos respetando su apetito ya que el comer sin tener hambre tiene relación con la aparición de obesidad. Tener en cuenta que los padres que tienen un exceso de peso suelen forzar a los hijos a comer más cantidad y terminarse el plato y la reflexión es que al acudir a un profesional sanitario para tratar el tema debe revisar no solo los hábitos del niño sino también de sus padres.

Y ya para finalizar, podéis echar un vistazo al cuadro donde se reflejan unas frases que pueden malnutrir a tu hijo y 10 consejos de responsabilidad compartida. 

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