A partir que empieza el buen
tiempo, la televisión y otros medios se dedican a hacer propaganda sobre
distintos tipos de suplementos que te ayudan en la pérdida de peso y también de
una gran infinidad de dietas milagro que prometen resultados rápidos. En parte,
es cierto pero solo a corto plazo ya que al volver a tus antiguos hábitos
recuperas todo el peso perdido y más, debido al uso recurrente a ellas.
En cuanto a los suplementos, los
más utilizados son los que se conocen como quemagrasas. Su función es captar
las grasas que ingieres y evitar que se absorban. Normalmente, son consumidos
por las mujeres. Partiendo de aquí, quiero hacer referencia a un estudio
realizado a mujeres de Taiwán (18-34 años) con el objetivo de valorar si al
utilizar suplementos para perder peso generan una mejor percepción en la
pérdida y supone una mayor transgresión de los hábitos alimentarios.
El estudio consistía en asistir
al bufet del restaurante tras tomarse la pastilla e ir anotando el progreso y
la cantidad de alimentos ingeridos durante un periodo de 6 semanas. Previamente,
se les pasó un cuestionario para valorar del 1 al 7 la actitud que tenían hacia
los suplementos. El segundo cuestionario hacía referencia a como se sentían a
lo largo de conseguir su objetivo, el número de suplementos que tomaban y el
IMC.
El buffet está formado por 6
comidas saludables (fruta, ensalada, pizza vegetal, pescado y tofu al vapor y te
verde sin azúcar) y 5 comidas menos saludables (galletas de chocolate, patatas
fritas, pollo frito, hamburguesas con queso, soda y flan). Había un observador,
asignado de forma individual, que anotaba en un cuaderno cada vez que comían y
lo que cogían sin que ellas se dieran cuenta.
Los resultados indicaron que no había
una asociación entre la cantidad de alimentos que comían con el IMC, el número
de suplementos que tomaban o la edad. Por otro lado, las mujeres que recibían
el tratamiento tomaban más alimentos respecto al grupo control debido al mayor
riesgo de comer de forma excesiva tras ingerir el suplemento i además tendían a
ser alimentos menos saludables.
En conclusión, la mejor solución
para perder peso es seguir unos hábitos saludables mediante la alimentación y
la práctica regular de ejercicio físico debido al mantenimiento de los
resultados a largo plazo.
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