El embarazo es una etapa natural
y transitoria en la vida de la mujer que dura entre 37 y 42 semanas. La
alimentación es uno de los pilares fundamentales en el desarrollo adecuado del
feto y buen estado de salud de la madre. Por lo que hay que procurar comer
saludablemente tanto antes, durante como después del embarazo. La única
diferencia en la alimentación respecto a las mujeres sanas de la misma edad y
que no esperan tener un niño, es la cantidad de determinados nutrientes ya que
tienen un papel fundamental en el correcto desarrollo cognitivo del feto.
Antes de comentar cuál la
alimentación idónea durante esta etapa de la mujer, quisiera hacer referencia al
peso. Previamente, es importante que la
madre tenga un peso normal (IMC=18,5-25Kg/m2) para garantizar el
éxito del embarazo. En caso que la madre
tenga un peso excesivo (IMC>25Kg/m2), es recomendable una pérdida de un 5-10% del peso en un periodo de 6
meses. Durante los 9 meses de duración de esta etapa, la ganancia de peso varía
en función del peso de la madre. El instituto de medicina de Estados Unidos
(IOM) en base a un estudio realizado en 2009, elaboró una tabla orientativa que
veis a continuación.
IMC
|
Ganancia
de peso
|
<18,5
|
12,5-18Kg
|
18,5-25
|
11,5-16Kg
|
≥25
|
7-11,5Kg
|
≥30
|
6-9Kg
|
Tras el parto, el peso se va
recuperando de forma progresiva. Sucede aproximadamente a los 6 meses. Además,
el hecho de dar lactancia materna al niño implica un menor riesgo de tener un
peso excesivo. Se ha de combinar con la práctica regular de ejercicio,
alimentarse de forma saludable e hidratarse adecuadamente.
En cuanto a la alimentación, no
hay que hacer dieta ni comer por 2. Las necesidades energéticas aumentan a
partir del 2º trimestre. Las cantidades de proteínas, hidratos de carbono y
grasas son las mismas que en las mujeres sanas de la misma edad. Se recomienda
consumir 28g al día de fibra.
La base de la alimentación debe
estar formada por alimentos de origen vegetal como las frutas y hortalizas, los
cereales integrales, legumbres y frutos secos. Debe incluir alimentos proteicos.
Los nutrientes más importantes
son el ácido fólico, el yodo, el hierro y la vitamina B12 en caso de
vegetarianas.
El ácido fólico se encuentra en los alimentos de origen vegetal. Los
requerimientos están aumentados ya que previene los defectos del tubo neural.
Se recomienda tomar un suplemento de 400µg/día desde un mes antes del embarazo
hasta 3 meses después bajo prescripción médica.
El suplemento de yodo debe ser de 150µg/día junto al uso
de sal yodada para cocinar. Podemos encontrarlo en los lácteos.
Es importante disponer de unos
niveles adecuados de hierro ya que
una vez instaurada la anemia durante este periodo, es muy difícil cubrir los
requerimientos únicamente a través de la alimentación. Se recomienda tomar un
suplemento de 30-60mf al día. Normalmente, el déficit de este mineral se asocia
a partos prematuros, bajo peso al nacer e incremento de la mortalidad en los
países pobres.
Los niveles de B12
deben cubrirse en las personas vegetarianas.
En cuanto al calcio, previene la
aparición de preeclampsia que es un cuadro clínico caracterizado por retención
de líquidos, hipertensión, aumento repentino de peso y la presencia de proteínas
en orina. Por eso, es conveniente disponer unos niveles adecuados de este
mineral e incluir su ingesta en nuestra alimentación. Es bien sabido que fumar
produce unas mayores pérdidas de hueso y reduce la absorción intestinal,
sucediendo lo mismo con el alcohol. Además, la práctica regular de actividad
física reduce el riesgo de fracturas en un 18%.
Otro aspecto que hay que tener en
cuenta es la seguridad alimentaria ya que la mujer durante esta etapa presenta
un mayor riesgo de sufrir toxiinfecciones producidas por alimentos. Por este
motivo, lo mejor es prevenir teniendo en cuenta las 4 normas básicas de higiene:
Lavar y desinfectar à todos los
alimentos que vayan a consumirse crudos han de lavarse y desinfectar mediante
lejía de uso alimentario.
Cocinar àel centro del
alimento debe encontrarse a una temperatura de 75ºC.
Separar à evitar el contacto
de los alimentos crudos y cocidos de manera que no se produzca contaminación
cruzada.
Enfriar à elaborar los
alimentos poco antes de consumirlos. En caso que no sea así, no deben
permanecer más de 2 horas fuera de la nevera ya que el riesgo de contaminación
es mayor.
A continuación, he elaborado una
tabla-resumen de las toxinfecciones alimentarias de aparición en esta etapa de
la vida de la mujer. Incluye los alimentos implicados, los síntomas que se
manifiestan junto a los riesgos que suponen para la madre y el recién nacido y
unos consejos para evitar que aparezcan.
Microorganismo implicado
|
Síntomas y riesgos
|
Alimento implicado
|
Consejos
|
Toxoplasmosis
|
Hinchazón, fatiga, dolor muscular, malestar, fiebre
en la madre.
Pérdida de visión o audición, retraso mental y
convulsiones en feto.
|
Carne, vegetales, agua + heces gato, arena
|
No consumir carne cruda o poco cocinada.
Higienizar vegetales.
Beber agua envasada.
No limpiar caja del gato.
|
Listeriosis
|
Aborto espontáneo en 1º trimestre. Dolor de
estómago, náuseas, vómitos, diarrea, cefalea y fiebre en la madre.
Bajo peso, meningitis e infecciones en el bebé.
|
Leche, quesos blandos, patés, vegetales crudos y
carne
|
Evitar quesos elaborados con leche cruda. Solo
consumir los que estén pasteurizados.
Evitar carne cruda, patés refrigerados y pescado
ahumado, embutidos curados y salchichas.
Respetar fecha caducidad.
|
Salmonelosis
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Náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, fiebre y
cefalea. Asintomático en algunas ocasiones
|
Huevos y derivados, carne y agua
|
No consumir carne, pescado o huevos crudos.
Respetar fecha de caducidad.
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