El estudio ANIBES es el resultado
de las siglas de ANtropometría, Ingesta, Balance Energético y España (del
inglés Spain). El objetivo es valorar la ingesta calórica de la población
española y determinar qué alimentos y bebidas se consumen y por lo tanto, son
representativos de esta ingesta energética.
Se han incluido a 2285 personas
entre 9 y 75 años. Con el fin de evitar cualquier sobre o subestimación de la
ingesta, los participantes habían de realizar fotografías de los platos antes y
tras finalizar las comidas mediante una tablet o una cámara digital. Se
acompañaron de una descripción breve de los platos, las recetas e incluso las
marcas de los productos utilizados. También llevaron a cabo un cuestionario
sobre sus hábitos en cuanto si comían solos o acompañados, viendo la TV o no y
dónde (en casa, el restaurante o el trabajo). Se registró si tomaron
suplementos.
Respecto a las calorías
ingeridas, los hombres son los que más comen. Teniendo en cuenta el grupo de
edad, los que más energía toman son los adolescentes y los hombres entre 65 y
75 años. Los hidratos de carbono (arroz, pasta, patata, pan, harina…)
representan el 41,1%, las grasas el 38,5% y las proteínas el 16,8%. La fibra
solo contribuye al 1,4% de las calorías totales. Se puede concluir que la
ingesta de hidratos es menor de lo que se recomienda (50-60%) y hay un consumo
elevado de grasas (30-35%) y proteínas (12-15%). Las mujeres tienden a tomar
más azúcares y grasas. En cambio, los hombres beben una mayor cantidad de
alcohol.
A nivel de las grasas, los MUFA
(moninsaturados) representan el 16,8%, las saturadas un 11,7% y un 6,6% de PUFA
(polinsaturados).
El top 10 de alimentos son el
pan, el aceite de oliva, la carne, la bollería, las salchichas y derivados
cárnicos, la leche, la fruta, los platos preparados, las hortalizas y los
granos y harinas. En cuanto a las
bebidas, tiene lugar un mayor consumo de zumos y néctares, seguido por los
refrescos. Respecto a los grupos de edad, todos coinciden en que el pan es el
que contribuye de forma significativa en la ingesta calórica, observándose
diferencias entre los demás grupos. Entre los niños y adolescentes apenas se
observan diferencias aunque destaca un mayor consumo de chocolate en los de
9-12 años y refrescos en adolescentes. Durante la edad adulta y mayores, el
consumo de fruta y hortalizas es mayor respecto a los menores.
En conclusión, a lo largo de los
años se ha producido un descenso de la ingesta calórica y el consumo de
proteínas y grasas saturadas es elevado. El consumo de HC es bajo, siendo un
17% en forma de azúcares, mayor al 5-10% que recomienda la OMS. Los hombres
consumen el doble de alcohol que las mujeres, sobre todo entre los de 65 y 75
años. En cambio, las mujeres consumen más fibra pero a nivel general la ingesta
es muy baja. Además, se ha observado que el consumo de lácteos y dulces
disminuye a medida que aumenta la edad. Dado las cifras incrementadas de determinadas
enfermedades como la obesidad y la diabetes, es recomendable reducir la ingesta
de dulces, bollería, zumos y bebidas azucaradas desde bien pequeños e potenciar
la presencia de frutas y hortalizas. Y también se ha de priorizar el consumo de
pescado respecto al de carne. El consumo de huevos es similar al de las
legumbres que deberían estar más presentes en la alimentación ya que se han
creado mitos acerca de ellos. Ni el huevo aumenta el colesterol ya que aunque
los niveles sean elevados, poseen una sustancia que impide su absorción total y
las legumbres son fuente de fibra, proteínas de alto valor biológico y hidratos
de carbono, por lo que se pueden ingerir incluso para perder peso.
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