Se han terminado las fiestas
navideñas y como cada 31 de diciembre, nos proponemos una serie de objetivos
para el nuevo año que empezamos. De forma general, acostumbran a ser siempre
los mismos: dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, etc.
Seguramente hayas hecho más de
una comida en familia y te hayas atiborrado a cantidades enormes de turrones y
polvorones, por no decir el número de copas por brindis. Calorías vacías, al
fin y al cabo. Y también suelen ir acompañados de varios platos, normalmente
ricos en grasas y proteínas. Vamos que apenas se asomaba una fruta u hortaliza
(las verduras también se incluyen). Y puede resultar que además no hayáis
realizado casi ejercicio, sobre todo si no lo tenéis planificado en vuestro día
a día. Por todos estos motivos, es probable que hayáis cogido unos cuantos kilos. Y es ahora en
enero se os ocurre perderlo y si puede ser de la forma más rápida posible. Pero
ya os digo yo que no es tan fácil.
Primero, porque existe una gran
tendencia a recurrir al uso de dietas milagro “prometedoras”, la mayoría basadas
en la exclusión de alimentos. Y si, puede ser que ofrezcan beneficios en cuanto
a recuperar el peso prenavideño, aunque a corto plazo. Pero tu organismo puede
resultar perjudicado debido a la falta de determinados nutrientes o el exceso
de otros. Y segundo, que el peso se recupera al volver a antiguos hábitos en
los que abundan los alimentos ricos en azúcares y grasas.
Y además, se suele cometer el
error de pensar que únicamente con la mal llamada dieta o ejercicio ya es
suficiente. Pues va a ser que no. Es la suma de los 2 factores lo que cuenta,
porque, por separado, los resultados son menores y te resultará más costoso
llegar al objetivo que te has propuesto.
Así que la mejor opción, y que
vamos a recomendarte todos los Dietistas y/o Nutricionistas es que mejores tus
hábitos. Y con esto queremos decir que incluyas frutas y verduras en tu día a
día, que consumas cereales integrales y que no abuses (o mejor, no tomes) alimentos
procesados, que puedes encontrar en grandes superficies. Y que hagas ejercicio,
como mínimo 3-4 días a la semana. Solo de esta manera alcanzarás tu meta y
podrás mantenerla.
Y lo más importante que no te
entren las prisas. Tómate tu tiempo para modificar tus malos hábitos porque los
pequeños cambios diarios e incluso semanales te ayudarán a instaurarlos de por
vida. Puedes empezar por no tomarte ese bollo a media tarde y sustituirlo por
una fruta o beber agua en lugar de refrescos. Y así, de forma progresiva y ya
verás que te resultará más fácil.
Y un último apunte: los frutos
secos pueden formar parte de nuestra alimentación, aunque queramos perder peso.
Es un mito, que ya comentaremos en otra ocasión.
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