viernes, 8 de enero de 2016

Propósitos de año nuevo

Se han terminado las fiestas navideñas y como cada 31 de diciembre, nos proponemos una serie de objetivos para el nuevo año que empezamos. De forma general, acostumbran a ser siempre los mismos: dejar de fumar, apuntarse al gimnasio, etc.

Seguramente hayas hecho más de una comida en familia y te hayas atiborrado a cantidades enormes de turrones y polvorones, por no decir el número de copas por brindis. Calorías vacías, al fin y al cabo. Y también suelen ir acompañados de varios platos, normalmente ricos en grasas y proteínas. Vamos que apenas se asomaba una fruta u hortaliza (las verduras también se incluyen). Y puede resultar que además no hayáis realizado casi ejercicio, sobre todo si no lo tenéis planificado en vuestro día a día. Por todos estos motivos, es probable que hayáis  cogido unos cuantos kilos. Y es ahora en enero se os ocurre perderlo y si puede ser de la forma más rápida posible. Pero ya os digo yo que no es tan fácil.

Primero, porque existe una gran tendencia a recurrir al uso de dietas milagro “prometedoras”, la mayoría basadas en la exclusión de alimentos. Y si, puede ser que ofrezcan beneficios en cuanto a recuperar el peso prenavideño, aunque a corto plazo. Pero tu organismo puede resultar perjudicado debido a la falta de determinados nutrientes o el exceso de otros. Y segundo, que el peso se recupera al volver a antiguos hábitos en los que abundan los alimentos ricos en azúcares y grasas.
Y además, se suele cometer el error de pensar que únicamente con la mal llamada dieta o ejercicio ya es suficiente. Pues va a ser que no. Es la suma de los 2 factores lo que cuenta, porque, por separado, los resultados son menores y te resultará más costoso llegar al objetivo que te has propuesto.
Así que la mejor opción, y que vamos a recomendarte todos los Dietistas y/o Nutricionistas es que mejores tus hábitos. Y con esto queremos decir que incluyas frutas y verduras en tu día a día, que consumas cereales integrales y que no abuses (o mejor, no tomes) alimentos procesados, que puedes encontrar en grandes superficies. Y que hagas ejercicio, como mínimo 3-4 días a la semana. Solo de esta manera alcanzarás tu meta y podrás mantenerla.

Y lo más importante que no te entren las prisas. Tómate tu tiempo para modificar tus malos hábitos porque los pequeños cambios diarios e incluso semanales te ayudarán a instaurarlos de por vida. Puedes empezar por no tomarte ese bollo a media tarde y sustituirlo por una fruta o beber agua en lugar de refrescos. Y así, de forma progresiva y ya verás que te resultará más fácil.
Y un último apunte: los frutos secos pueden formar parte de nuestra alimentación, aunque queramos perder peso. Es un mito, que ya comentaremos en otra ocasión.

     

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