La industria alimentaria emplea
todo tipo de estrategias con el objetivo de vender los productos que elabora. Hay
muchas personas que se rebanan los sesos a diario para diseñar el spot en
función de a quién se dirigen. Por este motivo, quiero hablaros sobre
determinados anuncios que me han llamado la atención. Considero que es
importante que conozcáis cómo intentan influirnos. Primero de todo, conviene
que sepáis que solo os hablaré de los que la población diana son los niños y
las mujeres.
Empecemos por los más pequeños de
la casa. Se encuentran en una edad en la que se dedican a imitar lo que ven. No
son conscientes del porqué de las decisiones que toman. Se pasan el día
pensando en pasárselo bomba, solos o con sus amigos. Disfrutan viendo los
dibujos, sobre todo el fin de semana. Además, les encantan los colores vivos.
¿Y qué hacen las empresas? Incluir un juguete o que aparezcan sus personajes o estrellas favoritos. Así es más
fácil que acudan rápidamente a los padres para que se los compren. Estamos hablando
de la bollería, las galletas, los postres lácteos, los cereales de desayuno y los
dulces como el chocolate. Además, la mayoría de veces suelen estar avalados por
alguna asociación. Vamos con algunos ejemplos. Todos sabemos que un croissant o
una madalena deben consumirse ocasionalmente, ¿Y las galletas? Se consideran
bollería como dijo Julio Basulto aquí. Se caracterizan por tener alta dosis de azúcar y grasas, especialmente
saturadas y trans. Así que se les ocurrió darle forma de animalitos o de muñecos,
por lo que los peques no pueden resistirse. También destacan la presencia de
determinados nutrientes como vitaminas y minerales. Es importante destacar que
por añadir un componente beneficioso a un producto insano no lo transforman en
saludable. Por esta razón, hay que ser críticos y leer las etiquetas.
Continuamos por el feminismo. Vivimos
en una sociedad en la que a las chicas se nos ha considerado inferiores en ciertos
aspectos. Antiguamente, eran las que se encargaban de quedarse en casa y cuidar
de las criaturas. A lo largo de los años, la lucha constante permitió abrirnos
paso entre la sociedad y ocupar el lugar que nos merecemos. Aun así, se han
creado todo tipo de estereotipos. Nos han hecho creer que existe un modelo
perfecto, que ha generado que haya una cierta preocupación por el peso. Así que
las marcas comerciales se les ha ocurrido la “brillante idea” de elaborar barritas
y batidos sustitutivos de las comidas y han creado gamas de productos light y
bajos en grasa. Piensan que consumiéndolos estaremos estupendas y nos veremos
más guapas. Lo cierto es que no funciona ya que las excesivas cantidades de
ingredientes superfluos producen el efecto contrario. Llegados a este punto, quisiera
hacer referencia a la publicidad del pavo y las barritas. De los yogures, ya os hablé en este post. Dicen que hay que
olvidarse del estrés y pasar un buen rato, que tenemos la capacidad de superar
cualquier obstáculo que aparezca en el camino de la vida. Posiblemente, os sentiréis
identificadas pero, ¿de verdad estáis dispuestas a pagar por un alimento
nutricionalmente prejudicial para la salud? Personalmente, aunque estoy de
acuerdo con esta filosofía vital, creo que es una forma de engañar. Y por
último, está lo de colorear el envoltorio de color rosa ya que se ha asumido
que nos encanta. Pues tengo que deciros que nunca me ha gustado.
En conclusión, cuando veáis algún
anuncio en el que aparezca cualquier floritura de las que os he explicado,
sospechad. No es más que puro márqueting. Aplicad el sentido común y si os pasáis por una tienda, fijaros bien
en los ingredientes que contienen y la composición por 100g. De este modo, os
daréis cuenta que todo lo que nos dicen es bueno. Y para terminar, un consejo:
acudid al mercado, es dónde encontraréis las ofertas más sanas.
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