lunes, 17 de octubre de 2016

¿Sueles refugiarte en la comida?

Cuando tienes un problema, ¿qué haces? Te desanimas y piensas que ya se solucionará o intentas resolverlo. Como personas, tenemos el poder de elegir. Eres tú mismo quién decide qué ponerte, aquello a lo que quieres dedicarte, cómo divertirte, qué comprar, etc. Respecto a lo último mencionado, es necesario matizarlo y este es el objetivo de esta entrada.

Antes de entrar en materia, quisiera destacar que está dedicado especialmente al equipo de Nortesalud y de todas las compañeras del curso que realizamos en Barcelona sobre Psiconutrición. Fue ver uno de los anuncios de Casa Tarradellas y encenderse una alarma en mi mente. No podía creerme lo que vi. Un par de días más tarde, vi otro similar y aluciné todavía más.


Aprendiendo sobre psiconutrición y alimentación emocional 

Ahora sí que si, vamos a empezar. Es bien sabido que el acto de comer genera placer. Además, se ha relacionado con las emociones. Es lo que se conoce como comer emocional, es decir, recurrir a la comida cuando estamos tristes o alegres. Tranquilos, todos en algún momento de nuestra vida lo hemos experimentado. La problemática es en el momento en que forma parte de la rutina. También es importante decir que los alimentos implicados son los procesados. Esto supone ingerir una gran cantidad de calorías a base de azúcares, grasas y sal. Como consecuencia, puede contribuir al aumento de peso, hipertensión y un mayor riesgo de diabetes. Esto es debido a que son productos altamente palatables. Puede que nos generen bienestar momentáneo o a muy corto plazo (unas horas) pero posteriormente puede aparecer un sentimiento de culpa. ¿Se os ocurre cómo controlarlo? Tan sólo hay que pedir ayuda a algún psicólogo que trabaje conjuntamente con el dietista y/o nutricionista.


Publicidad de alimentos ultraprocesados

Llegados a este punto, vamos a estrategias de publicidad de ciertos productos. Empecemos por el que me ha llevado a escribir el post. Os lo pongo a continuación:  



Se trata de una adolescente que regresa a casa llorando por qué el novio con el que había salido durante 3 semanas la deja por el whatsapp. Al cruzar el salón, se encuentra a su padre y le explica la situación toda desconsolada. Él, al no saber qué hacer, se le ocurre la “brillante” idea de calentar una pizza. Una vez hecha, se la ofrece y es feliz. ¿De verdad os creéis que así va a sentirse mejor? Ni por asomo. Luego, vi el siguiente de la misma marca, cuyo spot podéis verlo aquí:




En este caso, una chica espera a que su hermano le traiga las llaves de casa para poder entrar ya que se las ha olvidado. Justo en ese momento, aparece el vecino que está completamente enamorado de ella. Tras preguntarle qué hace ahí parada y observarla durante un rato, la invita a pasar y disfrutar de una pizza juntos. No considero que sea la mejor manera de desmotarle que la quiere. Y digo yo, ¿por qué no la invitas a visitar un lugar que no conozca? O escribirle un poema, dedicarle una canción, hacer una escapada por la montaña, iros al cine o al teatro, regálale un ramo de rosas, etc. Existen mil maneras de demostrar cuánto aprecias a alguien.  Y esto me recuerda que en las películas cuando a la protagonista tiene un mal día, devora un bote de helado. Es como muy americano hacerlo.


Finalmente, opino que utilizar este método para aumentar las ventas no parece adecuado. Lo único que se consigue es fomentar unos malos hábitos alimentarios con las consecuencias que conllevan. Así que intentar no dejaros influenciar por los medios y los mensajes que dan ya que suelen ocultar información o alterar la percepción mental que tenemos. Si queréis saber más, leeros el artículo que publicó Cristina Andrades

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