Durante los últimos años, los
productos alimentarios típicos de esa fecha tan señalada pueden comprarse a
partir de los meses de octubre y noviembre. Si, este 2016 me he fijado que
durante la castañada (31 de octubre al 1 de noviembre), época en la cual en
Catalunya es típico comer panellets, ya se observaban tenderetes de bombones, polvorones y turrones
en los supermercados. Para quién no lo sepa, son dulces elaborados a base de
mazapán que se caracterizan por su alto contenido en azúcar. Así que el consumo
recomendado es ocasional. Además, cabe destacar que son altamente alergénicos
ya que llevan huevo y frutos secos. Aunque esta no es la temática principal de
este artículo, por lo que vamos a empezar.
La navidad es un periodo de tiempo en el que nos reunimos con nuestros seres queridos. Dado el impacto gastronómico que hay en España, se ha convertido en un momento en que gastar dinero ya sea para preparar platos diversos o regalar juguetes u objetos de utilidad para toda la familia. Vamos que el consumismo y sentarse en torno a la mesa han pasado a un primer plano. Los restaurantes están repletos de grupos de trabajo, familias y amigos, digamos que recaudan euros a tutiplén. Y si somos de los que nos toca preparar la comida o la cena, da igual las cantidades, cuanto más haya mejor, no vaya a ser que no tengamos suficiente y los invitados pasen hambre. En fin, es como si la crisis desapareciera. No acabo de entender lo de gastar sin más. Yo soy partidaria del “¿Lo necesitas o es imprescindible que lo tengas ya? No, pues olvídalo y ya lo comprarás más adelante. Si eres de los que les cuesta controlarse a la mínima vas a la tienda a por un nuevo modelo de ropa o tecnología, te interesa leer Consumo Inteligente de Juanjo Cáceres en el que te dará unos consejos y te explicará lo que hay detrás de los precios y ofertas.
La navidad es un periodo de tiempo en el que nos reunimos con nuestros seres queridos. Dado el impacto gastronómico que hay en España, se ha convertido en un momento en que gastar dinero ya sea para preparar platos diversos o regalar juguetes u objetos de utilidad para toda la familia. Vamos que el consumismo y sentarse en torno a la mesa han pasado a un primer plano. Los restaurantes están repletos de grupos de trabajo, familias y amigos, digamos que recaudan euros a tutiplén. Y si somos de los que nos toca preparar la comida o la cena, da igual las cantidades, cuanto más haya mejor, no vaya a ser que no tengamos suficiente y los invitados pasen hambre. En fin, es como si la crisis desapareciera. No acabo de entender lo de gastar sin más. Yo soy partidaria del “¿Lo necesitas o es imprescindible que lo tengas ya? No, pues olvídalo y ya lo comprarás más adelante. Si eres de los que les cuesta controlarse a la mínima vas a la tienda a por un nuevo modelo de ropa o tecnología, te interesa leer Consumo Inteligente de Juanjo Cáceres en el que te dará unos consejos y te explicará lo que hay detrás de los precios y ofertas.
De todas maneras, la cuestión es
hablar de comida hiperpalatable. Nos bombardean con todo tipo de anuncios en
los que el márqueting es responsable de potenciar los valores típicos de estas
fechas como el amor, el reencuentro, compartir y muchos más utilizando la
psicología. Tan solo para conseguir ventas. Los más destacables son las marcas
de dulces. ¿Qué estrategias utilizan?
Crear packs. Es lo que me ha llamado bastante la atención. Por un lado, 3-4 turrones de sabores
diferentes e incluso sofisticados que han sido creados chefs famosos. Los hay
de tarta de queso, manzana al horno, crema catalana, entre otros en los que el
objetivo es que nos recuerden el gusto de ese producto. La verdad que algún
trozo ha caído en mis manos pero los encuentro demasiado empalagosos. Pero hay
paladares para todo. Por otro lado, los mantecados y bolitas de coco vienen en
cajas surtidas (de almendra, de canela, chocolate, limón o roscos de vino) y
luego están los bombones. Marcas las que quieras, todos a base de chocolate y
algún fruto seco. Diseñan cajas con lacitos o con forma redonda y si no puedes
cogerlos a granel. En este último caso, puedes dejarte los ahorros o una parte
del sueldo. La única ventaja es que puedes elegir los que más te gusten. Y para
rematar, los colocan todos juntos en cestas para que los empresarios se los
regalen a los empleados. Y todo esto dispuesto en pasillos interminables.
¿Sabéis lo que se consigue de esta manera? Fomentar el desarrollo de obesidad y
diabetes. La báscula se resiente y aumentamos de peso. Por eso en enero las
consultas sanitarias están llenas, aumenta exponencialmente la venta de
revistas y los libros acerca de dietas milagro.
Para terminar, quisiera hacer una
reflexión. Los medios no paran de decir que últimamente la población está
preocupada por la salud y cómo afecta a la dieta. Entonces, ¿qué está
sucediendo? Las etiquetas y la promoción de alimentos y procesados son
engañosas. El azúcar y grasas trans se encuentran bajo nombre distintos, las
alegaciones de salud no son fiables al 100%, los alimentos funcionales o
enriquecidos no son tan sanos como aparentan ya que por mucho que añadas un ingrediente beneficioso a un producto insano no lo convierte en saludable, frecuentemente se hacen
descuentos o 2x1, obsequian a los niños con monigotes de sus dibujos favoritos,
etc. Y es que las campañas de salud pública no terminan de obtener resultados significativos.
Así que por qué no actuamos individualmente. Debemos evitar que nos afecte y
preocuparnos más por comer saludable, ir a comprar alimentos frescos y de
temporada y cuanto menos procesados mejor. Esa es la clave, tal como decía Laura Saavedra en twitter y otros
compañeros, la mayor parte de los cuales están vinculados a Dietética sin patrocinadores.
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