viernes, 26 de febrero de 2016

La ingesta del día a día

Dado el éxito de la anterior publicación, os pregunté a través del perfil de Facebook que si se os ocurría alguna temática de cara a nuevas entradas, no dudarais en comentármelo. He obtenido la aportación de 2 lectoras, así que allá vamos. Una de las temáticas que ha sugerido Belén Rodríguez es conocer las necesidades nutricionales a lo largo de un día pero a nivel práctico, es decir, con las cantidades de alimentos que hay que incluir en cada una de las comidas. Y si existían variaciones en función de cada persona.

Mi idea es que dispongáis de herramientas que os permitan conocer vuestras necesidades y aplicarlas en función de vuestros hábitos diarios.
La primera idea que quiero que tengáis clara es que no todos somos iguales. Por este motivo, las necesidades de nutrientes y energía varían de una persona a otra. Existen varios factores. Son el sexo, la edad, la altura, el peso, la actividad física, la termogénesis, la termorregulación y el metabolismo basal. También influye nuestra situación fisiológica e incluso la época del año porque en invierno, debido a las bajas temperaturas, las necesidades son mayores.

Todo el mundo sabe que las mujeres nos diferenciamos de los hombres por tener una mayor cantidad de grasa que de músculo. En cambio, la composición corporal de ellos está constituida en su gran mayoría por músculo. Por eso, sus necesidades calóricas son mayores que en mujeres ya que las proteínas se caracterizan por un gasto energético superior a las grasas y los hidratos de carbono. Además, a medida que aumenta la edad, las necesidades disminuyen debido a la reducción de la cantidad de masa muscular. En cambio, cuanto más altura y peso, más ingesta calórica. Lo mismo sucede con el incremento de la actividad física en cuanto a duración e intensidad.

miércoles, 24 de febrero de 2016

¿Puede un postre ser saludable? ¿Y la repostería casera?

He decidido hacer este post porque últimamente se ha puesto de moda tunear los postres y dulces para que sean más saludables, o como dirían los deportistas, más fit. ¿Y cuál es la tendencia de la población? Consumirlos frecuentemente pensando que son lo mejor del mundo. Suelen asociar lo casero con lo sano y en realidad, no tiene porqué.

Todos estamos de acuerdo en que la bollería y repostería industrial están cargadas de azúcar y grasas, sobretodo saturadas, por lo que son una bomba calórica. Por este motivo, se recomienda que su consumo sea muy ocasional o nulo ya que favorecen el aumento de peso y el riesgo de desarrollar diabetes e incluso aumentar los niveles de colesterol y/o triglicéridos en sangre. Y es que la calidad tampoco es para lanzar cohetes ya que en la industria se utilizan ingredientes como harina refinada, azúcar, aceite vegetal que acostumbra a ser de palma y mantequilla. ¿Y qué pasa con las recetas caseras? Pues, que el valor nutricional sigue siendo similar, tal como podéis comprobar en este post de Lucía Martínez dónde nos muestra la competición entre la repostería industrial y casera (magadalenas, galletas y flanes). Su conclusión es clara: el único factor que podemos modificar es la calidad. ¿Y cómo lo hacemos? Bien fácil. Usar aceite de oliva, harina integral, se puede evitar usar huevo (opcional), frutos secos, fruta desecada o fruta fresca y cacao o harina de algarroba en sustitución al chocolate. De esta manera, no es necesario poner tanta azúcar e incluso, se puede evitar usarla. Eso sí, al usar cacao poned fruta desecada como dátiles, pasas o orejones ya que disminuirán el sabor amargo. También se puede poner canela, zumo o ralladura de limón o naranja.

miércoles, 17 de febrero de 2016

Cómo elaborar un tupper saludable

¿Quién no se ha tenido que llevar alguna vez la comida al trabajo? ¿O de excursión? Lo cierto es que todo el mundo lo hace rutinariamente o en ocasiones. La cuestión es: ¿es saludable? ¿Qué ventajas tiene respecto a comer en restaurante? ¿Y frente a un bocadillo? Como nutricionista, quiero daros algunos consejos para que las opciones sean lo más saludables y variadas posible en cuanto a alimentos y cocciones, así como algunas ideas de platos. 
Lo primero que has de saber es qué significa comer sano (qué alimentos incluye, cuáles deben eliminarse o consumir ocasionalmente y qué tipo de cocciones puedes elaborar). Vamos con lo que se conoce como plato saludable de Harvard.



miércoles, 3 de febrero de 2016

Tú eliges lo que comes de Carlos Casabona

19 de enero, sale a la venta este esperado libro. Digo esperado, porque desde que me enteré de su publicación pasaron aproximadamente 2 meses y medio. El título da que pensar: no todo el mundo está de acuerdo. Sí que es cierto que existe una gran desinformación en la publicidad y las etiquetas de los alimentos y entonces los consumidores no pueden elegir en su totalidad. En mi opinión, quién realmente quiere cuidarse y estar sano, se informa e intenta buscar los medios para poder entender lo que dicen los envoltorios y no se deja influenciar por lo que dicen en los medios. Y es de lo que habla este libro. Puede decirse que es un recorrido por las sendas hacia una alimentación saludable mediante ejemplos de la vida cotidiana.

Sabemos que la obesidad y el sobrepeso han aumentado considerablemente durante los últimos años pero solo el 2-3% de los casos son hereditarios. ¿Y qué pasa con el 97-98% restante? Pues, aunque presenten cierta predisposición, el ambiente puede ayudarnos en la lucha para evitar que aparezca. ¿Y cómo lo hacemos? La clave es alimentarse de forma saludable y llevar una vida activa que incluya la práctica de ejercicio regular.