¿No os habéis fijado que
últimamente gran parte de la publicidad gira en torno a los alimentos
enriquecidos? Cada vez está más extendida la idea que tomando determinados
nutrientes se puede mejorar la salud. La verdad es que está claro que los
españoles y el resto del mundo comemos muy mal. Existe una oferta enorme de alimentos, en su mayoría con cantidades
ingentes de azúcares, grasas y sal. Un abuso en su consumo implica poner en
riesgo nuestro organismo. Acostumbra a manifestarse con patologías como el
sobrepeso y la obesidad, la diabetes tipo 2, la hipertensión y la
hipercolesterolemia. Por eso, la industria ha sido más lista, porque ha
“innovado” y creado nuevos alimentos, a los que ha añadido determinados
nutrientes como omega-3 o esteroles vegetales, o ha reducido el contenido de
algunos otros como las grasas o el azúcar. Bueno, en realidad, al quitar
grasas, aumentan el azúcar y viceversa. ¿Y cuál es la estrategia de las
multinacionales? Dar un giro a los alimentos superfluos, es decir, aquellos
cuyo consumo debe ser ocasional. Y esto es lo que genera confusión en la
población ya que piensan que ya no son tan peligrosos como parecen. Y tampoco
es extraño que aparezcan con nombres distintos, de manera que el consumidor
adquiere el producto sin darse cuenta. Además, su precio es mayor, por el valor
añadido. A continuación, haremos un análisis práctico con ejemplos sobre la
situación comentada anteriormente. Así que, vamos allá.
Promoción de una alimentación saludable mediante recetas fáciles. Asesoramiento nutricional personalizada y realización de talleres de cocina saludable.
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lunes, 14 de marzo de 2016
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